Píritoo y Teseo

Teseo, rey de Atenas, quiso probar su fuerza y medirla con las propias. Entró en el Ática al frente de un ejército y consiguió robar infinidad de campos y tierras. Teseo marchó corriendo para detenerlo en el camino y hacerle frente en la batalla, pero apenas se miraron a los ojos cuando, los dos héroes, se sintieron dominados por una mutua admiración: Piritoo alargó la mano a Teseo en señal de amistad y le prometió reparar los destrozos causados a su región y a sus campos.

Fueron amigos inseparables, y participaron juntos en historias bélicas de su época, como por ejemplo en la cacería del jabalí de Calidón o en la expedición de Argonautas.

Decidieron casarse cada uno con una hija de Zeus o también llamado Júpiter. Por un lado, Teseo eligió a Helena, que aún era una niña, y por otro, Piritoo con Perséfone. Primero raptaron a la niña dejándola bajo la custodia de Etra (hija de Océano y Tetis). Luego bajaron al Hades en busca de la mujer de Plutón. Los Dioscuros (héroes mellizos hijos de Leda), hermanos de Helena, fueron a liberarla mientras los dos estaban en el Hades: se llevaron a Etra, madre de Teseo, como esclava, hicieron huir a Demofonte (duodécimo rey de Atenas) y Acamante (hermano de Demofonte), hijos de Teseo, y pusieron en el trono de Atenas a Menesteo.


Cuando los dos héroes descendieron al Hades, se quedaron prisioneros. Pero cuando Hércules, en su duodécimo trabajo fue a buscar al Cancerbero, estando ya en las puertas del inframundo, los encontró encadenados. Al ver a Hércules tendieron sus manos hacia él, como si fuesen a ser resucitados gracias a la fuerza de éste. Agarró a Teseo de la mano y consiguió levantarlo. Pero tuvo que abandonar al Piritoo ya que, al intentar levantarlo la tierra tembló, quedándose así para siempre en el Hades.